Hay dos motivos fundamentales por los que las finanzas sostenibles son clave para promover cadenas de suministro libres de deforestación: En primer lugar, facilitan el acceso a recursos económicos esenciales para la implantación de prácticas de uso de tierras y tecnologías sostenibles (monitorización, sistemas de trazabilidad, etc.) que son vitales para los pequeños agricultores que dependen del capital prestado o externo. En segundo lugar, las entidades financieras evalúan activamente el impacto potencial que su ayuda tiene sobre la deforestación, pudiendo retirar su financiación o negándose a ofrecerla si existe algún riesgo al respecto, y reconduciendo el capital de ese modo hacia actividades económicas sostenibles. El acceso a financiación por parte de los productores que desean producir de forma sostenible es una dimensión de este asunto. La otra dimensión es la evaluación activa por parte de las entidades financieras con el fin de determinar si su apoyo económico podría contribuir a la deforestación, retirando en ese caso su financiación o negándose a ofrecerla desde el principio.